El Centro de Filantropía para Catástrofes concede $20.000 al 805UndocuFund
Siempre he sido un verdadero creyente en el audaz poder de la filantropía comunitaria, pero nunca había sido testigo personal de este poder tan íntimamente y con tanta intensidad como tras el devastador incendio Thomas y los corrimientos de tierra.
Conduciendo hacia el trabajo aquella primera mañana tras el inicio del incendio Thomas, mi comunidad parecía una zona de guerra. Me dolían los pulmones a causa del humo y mi asma estaba haciendo acto de presencia. Mientras utilizaba los limpiaparabrisas para limpiar la ceniza que caía del cielo, miré a mi derecha y vi a los residentes más vulnerables de nuestra comunidad trabajando duramente en los campos, muchos de ellos sin máscaras ni equipos adecuados. Fue desgarrador y me recordó de nuevo el inmenso privilegio que muchos de nosotros damos por sentado cada día.
Nuestros vecinos indocumentados no tienen derecho a las mismas prestaciones que el resto de nosotros cuando se produce una catástrofe. Además, tienen a su alrededor la red de seguridad social más frágil. Sin embargo, ellos también se ven agobiados por la pérdida de sus hogares, apartamentos dañados, cierre de escuelas, pérdida de trabajo y malas condiciones de salud. Nuestros vecinos indocumentados son la columna vertebral de nuestra economía regional, pero no reciben ayuda del gobierno en tiempos de crisis.
Es por eso que estoy tan agradecido con el Centro de Filantropía de Desastres y tantos otros en toda nuestra nación por sus generosas contribuciones al 805 UndocuFund. Juntos, hasta septiembre de 2018, hemos atendido a 700 familias indocumentadas, otorgando más de $1 millones en asistencia. Hemos estado trabajando para conseguir ayuda para 800 familias adicionales este otoño. ¡¡¡Gracias!!!