Editorial: Los esfuerzos locales, clave para un censo exacto

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En medio de las crecientes preocupaciones sobre cómo el fervor antiinmigración de la administración Trump afectará la precisión del Censo 2020, la semana pasada se celebró una importante reunión en Camarillo.

Esta iniciativa, que se lleva a cabo una vez cada diez años, pretende contar a todas las personas que viven en Estados Unidos, incluidos los adultos y niños indocumentados. Pero en todo el país, a muchos defensores les preocupa que los inmigrantes y otras personas no confíen al gobierno su información personal, especialmente si la administración consigue incluir una pregunta sobre la ciudadanía en los formularios del censo.

En última instancia, los cargos electos, los líderes religiosos locales y las agencias de servicios sociales serán la clave para convencer al público "de que participar en el censo es seguro e importante para sus familias y el bienestar de sus comunidades", declaró la semana pasada a npr.org Terri Ann Lowenthal, antigua directora de personal del Subcomité de Censo y Población de la Cámara de Representantes.

Esa es una de las razones por las que nos animĂł ver a 70 lĂ­deres locales asistir a la mesa redonda celebrada la semana pasada en la sede de la FundaciĂłn Comunitaria del Condado de Ventura. Hablaron, entre otras cosas, de ganarse la confianza en zonas difĂ­ciles de contar mediante el contacto personal, la familiaridad cultural y los debates centrados en temas concretos.

La Constitución ofrece una directiva sencilla para el censo: "contar el número total de personas en cada Estado". A lo largo de las décadas, eso ha incluido esclavos, niños demasiado jóvenes para votar y, sí, inmigrantes indocumentados.

El gobierno utiliza los datos del censo para asignar cientos de miles de millones de dólares anuales a sanidad, educación y otros servicios comunitarios. En 2010, ascendió a más de $1.200 por persona, de modo que por cada 100 personas que el censo no contabiliza, una ciudad podría quedarse sin $120.000 al año.

El número de escaños que cada estado obtiene en la Cámara de Representantes también se basa en el censo. Si los inmigrantes y otras personas no son censados, algunos estados podrían perder escaños, incluido al menos uno en California, según algunos defensores.

En el censo de 2010, California representaba el 12% de la población de EE.UU., pero casi el 22% de las personas que vivían en zonas difíciles de contar. Las zonas del condado de Ventura con más probabilidades de no ser contadas incluyen partes del sur y el centro de Oxnard, el centro y el este de Santa Paula, Fillmore y tramos al noreste de Ventura a lo largo de la autopista 33, informó The Star la semana pasada. Son áreas con altas proporciones de residentes nacidos en el extranjero, pobreza, dominio limitado del inglés, inquilinos y niños menores de 5 años.

Las respuestas a los formularios del censo son confidenciales por ley, pero es razonable suponer -especialmente en el entorno actual- que muchos de los indocumentados temerán que su información sea compartida con los agentes de inmigración.

Para empeorar las cosas, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, que decide qué se preguntará en el censo, planea añadir una pregunta sobre el estatus de ciudadanía por primera vez desde 1950. Ross dice que ayudará a identificar las violaciones del derecho al voto y la discriminación racial, pero seis ex directores de la Oficina del Censo - republicanos y demócratas por igual - enviaron una carta a Ross diciendo que "pondría en grave riesgo la exactitud de la enumeración y el éxito del censo en todas las comunidades."

Estamos de acuerdo y esperamos que los recursos legales contra la pregunta tengan éxito. Estados, ciudades y otros grupos han presentado un total de seis demandas contra la Oficina del Censo para que elimine la pregunta.

De hecho, el director de la Oficina del Censo, Ron Jarmin, declaró a npr.org la semana pasada que la controversia sobre la pregunta está complicando los preparativos del censo. "Necesitamos obtener un censo completo y exacto", dijo, "y haremos todo lo posible para garantizarlo".

Esperamos que sea fiel a su palabra, pero nos alegramos de que nuestros funcionarios estatales y locales ya estén trabajando en el Plan B.